Este miércoles las autoridades policiales confirmaron el asesinato de Karen, una mujer de 22 años, que discutió con su pareja por el pago de la pensión alimenticia de su hija de nueve meses de edad y hay indicios de que la discusión terminó en una riña.
Medios locales reportaron que los padres de la joven encontraron al hombre junto a un coche para bebés y en su interior estaba el cuerpo de Karen, envuelto en sábanas.
En las últimas horas se registraron otros homicidios similares a nivel nacional, como el de la enfermera Letty Cando, cuyo cuerpo apareció desmembrado en un parque de Quito.
La presidenta de la Fundación Aldea, Geraldine Guerra, declaró a Prensa Latina que con esos nuevos crímenes hasta ahora suman 220 mujeres víctimas de femicidios en 2023, con lo cual este será el peor año para las ecuatorianas desde que se llevan los registros.
“Es una cifra aterradora, estamos ante un Estado que no se inmuta ante las muertes violentas de mujeres”, aseveró la activista.
En su opinión son necesarios presupuestos, no discursos, ni papeles firmados, sino acciones en territorios urbanos y rurales que permitan un sistema de protección integral para prevenir los femicidios, porque esos actos son consecuencia de una escalada de la violencia.
En el actual contexto de inseguridad en Ecuador, Guerra alertó que hay otros componentes de peligrosidad, como el uso de personas del sexo femenino como botines de guerra entre bandas delincuenciales, o sus cuerpos violados y mutilados o macheteados en zanjas y calles para marcar territorios.
Este es un año tenebroso para el país, nunca antes lo habíamos visto, con una escalada de violencia atroz en todos los niveles y en todas las provincias
El pasado lunes, cientos de mujeres marcharon en Ecuador en rechazo a la violencia de género al cumplirse un año del femicidio de la abogada María Belén Bernal, asesinada a manos de su esposo, un teniente de policía, un caso que estremeció al país.
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