Según informes de la Misión Integrada de Asistencia a la Transición de las Naciones Unidas en Sudán (Unitams), las muertes ocurrieron producto de ataques de las denominadas Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF,inglés).
El organismo precisó que todos los hechos son documentados y, de confirmarse, pueden ser clasificados como crímenes de guerra.
Recientemente Naciones Unidas pidió una investigación sobre el asesinato de 87 civiles en Sudán, tras el hallazgo de una fosa común al oeste de Darfur.
En el pasado mes de Junio, la situación en la ciudad de El Geneina, en la región de Darfur, fue calificada de catastrófica, y sus víctimas aún se desconocen realmente por la magnitud de la masacre perpetrada por las RSF y sus milicias aliadas, en medio de un discurso de odio contra la comunidad masalit, lo cual se convirtió en una verdadera tragedia humanitaria.
Los enfrentamientos en Sudán estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST), al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos con grado de general, se disputan el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente Omar al Bashir.
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