Los fiscales de Delaware presentaron este jueves las imputaciones que, según los documentos judiciales, responsabilizan a Biden hijo de no revelar el uso de drogas cuando intentaba comprar un arma, lo que resultó en dos cargos, así como de posesión ilegal de un arma de fuego mientras era adicto a una sustancia controlada.
Las acusaciones más graves de los fiscales de Dalaware conllevarían a una pena de hasta 10 años de cárcel y hasta 250 mil dólares en multas.
El fiscal especial del caso, David Weiss, anticipó este mes que presentaría una acusación contra Hunter antes de finales de septiembre.
Los cargos se presentaron dos días después que los republicanos de la Cámara de Representantes tienen luz verde para comenzar una investigación de juicio político contra el presidente Biden.
Al mandatario intentan responsablizarlo de interferir indebidamente en negocios en Ucrania para beneficiar a su hijo, quien fue miembro de la junta directiva de la empresa de energía Burisma.
“La evidencia sugiere que Hunter Biden es culpable de comportamiento poco ético e ilegal. La evidencia sugiere que Joe Biden no es culpable de nada más que de ser padre”, escribió el representante Dean Philips (demócrata por Minnesota) en su cuenta en la red social X, antes Twitter.
Hunter Biden admitió su lucha contra la adicción y su padre reconoció públicamente, ante los ataques de los republicanos, que su hijo atravesaba por ese problema con las drogas como “mucha gente”.
«Lo superó, lo arregló, trabajó en ello y estoy orgulloso de él», subrayó el gobernante.
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