Un comunicado de las Fuerza Armadas informó que se produjo un violento enfrentamiento entre sus soldados y los atacantes, y que 12 islamistas quedaron fuera de combate al tiempo que fueron destruidos dos de sus vehículos.
El ataque -según la información- fue reivindicado por el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (JNIM), y en los combates también resultaron heridos 17 civiles.
La mayoría de los ataques en Malí son realizadas por islamistas del JNIM -considerado una rama de Al Qaeda-, y los del denominado Estado Islámico en el Gran Sáhara, así como por otras agrupaciones extremistas propiamente malienses.
Observadores políticos han manifestado su preocupación por la extensión del control de JNIM en las zonas rurales del centro y el sur del país, significativamente en los territorios de Segou y Sikasso.
También subrayan que persisten los actos de violencia causados por los enfrentamientos entre comunidades y la consecuente fragmentación del tejido social del país por tales combates.
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