Sus comentarios estuvieron entre los primeros de un alto miembro de la administración liberal del primer ministro Justin Trudeau en reconocer la magnitud del desafío, destaca el medio CTV News.
La vivienda es principalmente responsabilidad de las 10 provincias, así como de los principales municipios, y el papel de Ottawa se limita al asesoramiento sobre políticas y a los incentivos financieros.
«Será necesario que todos nosotros -el gobierno federal y las provincias, las ciudades y pueblos, el sector privado y las organizaciones sin fines de lucro- trabajemos juntos en una causa común, no durante semanas o meses, sino durante años», dijo Freeland.
Afirmó que el país tendría que construir viviendas a una velocidad y escala no vistas desde las décadas de 1940 y 1950.
Sus declaraciones derivan de las nuevas medidas que anunció la pasada semana, el ministro de Vivienda, Sean Fraser, para abordar la crisis nacional que tiene el país en ese sector.
El enfoque renovado, dijo el ministro, no contendría una «solución milagrosa» pero requeriría que todos los niveles de gobierno, el sector privado y el sector sin fines de lucro trabajen juntos.
También se tomarán medidas que aborden algunos problemas clave, como proporcionar algún tipo de alivio financiero a los constructores y trabajar con los municipios para acelerar la emisión de permisos de construcción.
El gobierno de Justin Trudeau se enfrenta a una presión cada vez mayor en los últimos meses para dar una respuesta a la actual escasez de viviendas en todo el país.
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