Según los expertos, la alerta naranja evidencia que los niveles de riesgo son importantes y que se concretaron las condiciones necesarias para que el fenómeno monitoreado se presente en un espacio breve de tiempo.
Durante una conferencia de prensa ofrecida este lunes, directivos del COE explicaron que el cambio de alerta se debe a la inevitable presencia del evento meteorológico en suelo ecuatoriano, aunque no se puede determinar su magnitud ni cuándo empezará a llover, precisaron. El secretario de Gestión de Riesgos, Cristian Torres, detalló que con la medida, ministerios, prefecturas, municipios y juntas parroquiales podrán intensificar sus acciones de prevención con las herramientas que se han facilitado y las técnicas para que puedan hacer los planes de acción en cada territorio.
Por su parte, el ministro del Interior y presidente del COE, Juan Zapata, detalló que los parámetros para el cambio de alerta se basan en que ya se cumplió con la probabilidad del 67 por ciento de ocurrencia de El Niño.
Recientemente, expertos del Comité Nacional para el Estudio Regional del Fenómeno El Niño (Erfen) advirtieron que ese evento climático se encuentra dentro del rango activo en Ecuador.
Durante su reunión mensual, el Erfen determinó que la temperatura superficial del mar se mantiene por encima de su promedio, con anomalías positivas de 3,2 grados centígrados en el Pacífico oriental y 1,6 grados centígrados en el Pacífico central.
Según los especialistas, estas temperaturas están relacionadas con El Niño y, de continuar la tendencia, analizarán el anuncio de declaratoria oficial de este fenómeno en el país andino en las siguientes semanas.
Sin embargo, el organismo aclaró que esto no implicaría afectaciones inmediatas en términos de precipitaciones a escala local.
Para este mes de septiembre, según el Erfen, se prevé que las lluvias y las temperaturas extremas se mantengan sobre lo normal en la costa ecuatoriana.
De igual manera, la Secretaría de Gestión de Riesgos estima que 2,3 millones de personas de 17 provincias serán afectadas por las condiciones meteorológicas extremas, principalmente por inundaciones o deslaves.
De ocurrir el peor escenario previsto, los costos para Ecuador podrían ascender a cuatro mil millones de dólares y las provincias más afectadas podrían ser Galápagos, Los Ríos, Esmeraldas, Guayas, Manabí, Santo Domingo y El Oro.
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