El texto, aprobado durante la sesión inaugural del evento y de la semana de alto nivel de la Asamblea General, acuerda desbloquear más y mejor el financiamiento para los países en desarrollo en respuesta a las crisis globales.
La ONU calificó el documento como decisivo y orientado a la acción, al tiempo que reconoció el compromiso colectivo de construir un mundo sostenible, inclusivo y próspero para 2030.
La declaración reconoce que sin un salto cuántico en las inversiones para permitir transiciones energéticas, alimentarias y digitales justas, así como una transformación en la educación y una protección social sólida en los países en desarrollo, los objetivos simplemente no se alcanzarán.
El documento, aprobado por todos los estados miembros, insta a tomar medidas inmediatas propuestas por el secretario general, António Guterres, como el aumento masivo de la financiación para el logro de los ODS por una suma de 500 mil millones de dólares cada año.
Además, transmite un firme apoyo de todos los países a una reforma necesaria de la arquitectura financiera internacional por una mejor economía global.
El texto consolida el impulso de Naciones Unidas para la Agenda 2030, justo en el punto medio de su implementación cuando, de acuerdo con Guterres, los ODS están en peligro.
El propio organismo alertó del aumento de la pobreza para decenas de millones de personas desde 2020, mientras que más de 110 millones fueron desplazadas por la fuerza en ese período.
Las desigualdades han empeorado, sorprendentemente para las mujeres y las niñas, al tiempo que muchos gobiernos se ven obligados a elegir entre pagar la deuda o invertir en atención sanitaria y educación.
La emergencia climática, advirtió ONU, está causando estragos en vidas y medios de subsistencia, un contexto en el que las naciones en desarrollo y las personas más vulnerables son las más afectadas.
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