El miembro del bloque Lealtad a la Resistencia enfatizó que la decisión de designar al nuevo jefe de Estado está en manos de los diputados, independientemente de las presiones y la injerencia internacional.
Fadlallah subrayó que la única vía para poner fin al vacío de poder es el entendimiento entre los partidos políticos libaneses, lejos de las filtraciones y los análisis de los medios de comunicación y del mundo exterior.
En este sentido, llamó a generalizar el diálogo a otras fuerzas en la nación y alcanzar lo antes posible un consenso en busca de una salida adecuada al deterioro de las condiciones de vida.
Al respecto, el representante Ibrahim al-Moussawi consideró que no hay salvación del actual estancamiento excepto mediante el nombramiento de un presidente de la República; y en esta línea de pensamiento, insistió en la urgencia de lograr un acuerdo nacional.
El diputado señaló la importancia de adherirse a la conciencia y adoptar un sistema de valores morales al abordar los asuntos en el expediente presidencial. Sobre este tema, abogó por la solidaridad y la ayuda a los necesitados, en especial en materia de salud, educación y medios de vida, tras la agudización del colapso económico.
De acuerdo con la analista Buthaina Aliq, Líbano atraviesa un momento histórico crucial y la crisis es profundamente nacional y va más allá de la elección de un presidente.
En un artículo para la red panárabe Al Mayadeen, la especialista indicó que el escenario es complejo y guarda relación con el futuro del país, sus opciones, tendencias, ubicación, políticas, aliados, amigos y oponentes, que coloca a Líbano frente a riesgos a la luz de transformaciones globales y regionales.
La nación de los cedros enfrenta los obstáculos de la cuarta etapa de vacío de poder después de su independencia, en medio de discrepancias políticas, injerencia extranjera y crisis económica. El pasado 14 de junio, el Parlamento repitió el mismo guion de las anteriores 11 sesiones y hasta el momento ningún representante de la comunidad cristiana maronita cuenta con el apoyo de la mayoría de 128 diputados para ocupar el cargo de jefe de Estado.
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