En la visita a la jungla en la frontera con Colombia, el ministro tico de Seguridad, Mario Zamora, indicó que en ese paso rumbo a Estados Unidos han observaron el drama humano de personas caminando por escenarios que son selva, que no son zonas de paso. Por lo tanto, se ha producido un daño ambiental que costará años volver a recuperarlo.
En ese sentido, llamó a hacer esfuerzos para que “este tipo de rutas se desalienten y de esta manera países como Costa Rica y Panamá no suframos este tipo de impacto”, remarcó.
Zamora destacó la importancia que tiene el problema migratorio para su gobierno y anunció la visita del presidente de Costa Rica, Rodrigo Chávez, el próximo 7 de octubre, “ya que el tema se maneja al más alto nivel”, indicó.
Por su parte, el ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, resaltó que se están buscando soluciones coordinadas y ordenadas para que la migración irregular afecte lo menos posible a las comunidades que están en ese territorio.
“También en Paso Canoas [frontera entre Panamá y Costa Rica], en donde hay migrantes para seguir su ruta hacia el norte, prontamente daremos soluciones para que ese impacto sea lo menos posible”, afirmó.
Para el funcionario, «mientras los países no se pongan de acuerdo, especialmente los que originan la migración, esto no va a parar. Nos toca manejar esto de una manera coordinada con el ingrediente de seguridad”, indicó.
Estadísticas del Servicio Nacional de Migración señalan que en lo que va de año ya han cruzado la selva de Darién 390 mil 385 migrantes irregulares.
Las autoridades panameñas estiman que en lo que resta de 2023 la cifra puede llegar al medio millón de personas.
Sobre el flagelo, Pino aseguró que están golpeando las actividades de tráfico de migrantes y de minería ilegal del colombiano Clan del Golfo en la zona fronteriza con Colombia.
El bloqueo marítimo en el Caribe, en el marco de la campaña Escudo, dijo, lanzada en junio pasado, ha surtido efecto y es mínimo el número de migrantes irregulares que están llegando a zonas del lugar usadas por los traficantes de personas.
El sector del Caribe panameño fronterizo con Colombia es utilizado para transportar a migrantes irregulares que proceden del sur del continente y se dirigen hacia Norteamérica.
En la jungla del Darién, la Campaña Escudo ha desarrollado operaciones contra la minería ilegal, una actividad que, según Pino, también maneja la banda criminal colombiana.
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