Elizabeth Borrego Rodríguez
Corresponsal de Prensa Latina en EEUU
Con el presidente Miguel Díaz-Canel al frente de la delegación, la nación caribeña llevó a la cita cuestiones esenciales para el G77 y China como el derecho al desarrollo, las desigualdades en la escena económica y ambiental, así como la urgencia de apoyo en el camino a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Como titular pro tempore de ese bloque, el primer mandatario cubano calificó de crítico el contexto actual para las naciones miembros, afectadas por «un orden económico injusto que perpetúa las desigualdades y la pobreza», subrayó durante la Cumbre de los ODS, uno de los ejes centrales del segmento de la Asamblea General.
Incluso antes de la pandemia de la Covid-19, el mundo ya se había desviado del camino hacia el logro de la Agenda 2030, advirtió.
«Para ese entonces, no eliminaremos el hambre como habíamos acordado, por el contrario, actualmente 735 millones padecen hambre crónica, una cifra superior a la registrada en 2015», aseguró. A ese ritmo, no podrán lograrse ninguno de los ODS y se incumplirán más de la mitad de las metas acordadas, enfatizó en su llamado alineado con la alerta lanzada por la ONU justo en la mitad del camino trazado para su cumplimiento.
El jefe del Estado cubano denunció un peor escenario para las naciones que padecen la imposición de medidas coercitivas que, se estima, afecten a cerca de 40 de los 134 miembros del G77 y China.
Durante el Debate General, Díaz Canel recordó que su país enfrenta la más larga de esas políticas, devenida guerra económica extraterritorial, cruel y silenciosa que se acompaña de una poderosa maquinaria política de desestabilización.
El pueblo cubano resiste y vence con creatividad las medidas despiadadas de Estados Unidos que, desde 2019, en plena pandemia, escalaron de modo oportunista a una dimensión aún más extrema, rechazó.
Entre otras afectaciones, el presidente cubano recalcó que el bloqueo persigue y trata de cortar los suministros de combustible y lubricantes hacia La Habana, al tiempo que prohíbe el acceso a tecnologías, incluso equipamientos médicos, con más de 10 por ciento de componentes norteamericanos.
De igual manera, atenta contra la cooperación médica de Cuba en otras naciones con amenazas a gobiernos soberanos por solicitar esa contribución y responder a las necesidades de salud pública de sus poblaciones.
«Amparados en esa arbitraria y fraudulenta acusación, extorsionan a cientos de entidades bancarias y financieras en todas partes del mundo y las obligan a elegir entre continuar sus relaciones con los Estados Unidos o mantener sus vínculos con Cuba», argumentó.
Washington miente y hace un enorme daño a los esfuerzos internacionales para combatir el terrorismo cuando acusa a la nación, sin fundamento alguno, de patrocinar ese flagelo, agregó.
Pese a esos obstáculos, la nación caribeña confirmó su voluntad de contribuir a los esfuerzos frente al cambio climático, a elevar la eficiencia energética, desarrollar las fuentes renovables y promover un desarrollo menos intenso en carbono.
Al intervenir en la Cumbre de Ambición Climática, el presidente cubano aseguró que el plan de Gobierno trazado hasta 2030 aspira a incrementar hasta un 24 por ciento la generación de electricidad sobre la base de fuentes renovables y aumentar la cobertura forestal hasta un 33 por ciento, lo que evitaría la emisión de 169,9 millones de toneladas de dióxido de carbono, añadió.
Otras estimaciones apuntan al incremento de la eficiencia y el ahorro energéticos para evitar la emisión de 700 mil toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera en el período 2014-2030, a lo que se adicionaría un transporte terrestre menos intenso en carbono.
«Nuestros avances y los objetivos confirman nuestra firme voluntad de contribuir a los esfuerzos globales», remarcó.
En esa misma línea, Díaz-Canel demandó el alivio de la deuda externa que representa una seria amenaza para el desarrollo de los miembros del G77 y China frente a un endeudamiento insostenible que arrastra a la mayoría del Sur Global hacia un abismo económico.
La arquitectura financiera actual no está dispuesta para proveer la respuesta que necesitan estas naciones, enfatizó en el Diálogo de alto nivel sobre financiación para el desarrollo.
Un paso en esa dirección sería rediseñar y recapitalizar los bancos multilaterales para asistir a los países en desarrollo, aunque ese refinanciamiento no sería suficiente para cubrir las necesidades del 80 por ciento de la población mundial, agrupada en los miembros el bloque negociador, alertó.
Otro complejo escenario global se analizó en la Reunión sobre Prevención, Preparación y Respuesta frente a Pandemias, durante la cual el dignatario cubano ratificó la disposición de su país de poner a disposición de todos sus capacidades tecnológicas y científicas y sus recursos humanos para esos esfuerzos.
La Covid-19 develó la fragilidad de los sistemas de salud y puso al desnudo la crueldad de las inequidades que caracterizan al mundo, dijo.
El presidente cubano enfatizó en el liderazgo del G77 y China como portavoz legítimo de las posiciones del Sur Global frente a la falta de una respuesta internacional coordinada para sus desafíos.
Ante los retos monumentales del planeta, resulta más urgente que nunca el logro de consensos, la reflexión constructiva, la unidad de ideales, la alineación del pensamiento al servicio del diseño y promoción de un nuevo orden económico internacional, remarcó el mandatario durante la 47 reunión ministerial del bloque.
«Nuestras naciones no pueden seguir siendo laboratorios de recetas coloniales y de renovadas formas de denominación que emplean la deuda, la arquitectura financiera actual y las medidas coercitivas actuales para perpetuar el subdesarrollo e incrementar las arcas de unos pocos», rechazó.
En un balance sobre los nueve meses de presidencia pro témpore con Cuba al frente del Grupo, Díaz-Canel remarcó la unidad como una fortaleza.
«Hemos sido capaces de articularnos de manera estratégica en defensa de nuestras posiciones y legítimos reclamos en beneficio de nuestros pueblos», recalcó.
A la par de los eventos convocados, el mandatario fortaleció la agenda bilateral con encuentros con el presidente de la 78 Asamblea General, Dennis Francis, y varios representantes de organismos y jefes de Estado y Gobierno.
El dignatario se reunió con la vicepresidenta de Uganda, Jessica Alupo; y sus homólogos de Kenia, William Ruto; y de Argel, Abdelmadjid Tebboune.
Igualmente se encontró con los primeros ministros de Vietnam, Pham Minh Chinh; y de Santa Lucía, Philip J. Pierre.
Además sostuvo conversaciones con el titular designado de la COP28, el sultán Al Jaber, y el ministro de Turismo de Arabia Saudita, Ahmed bin Aqeel Alkhateeb.
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