En un artículo de opinión publicado en el Diario El Salvador, Hernández encomió el liderazgo de Cuba y el rol de China en la reunión de G77 en la reunión celebrada en La Habana, del 16 y el 17 de septiembre.
En esa cita, aseveró, 134 naciones se pronunciaron por “crear una red mundial de intercambio económico más justo, con nuevas tecnologías, infraestructura e innovaciones científicas, de respeto a la autonomía, la autodeterminación”, entre otros objetivos.
China, apuntó, juega un rol capital a través del megaproyecto político-económico la Ruta de la Seda. Puertos, ferrocarriles, aeropuertos, carreteras, trenes, proyectos novedosos de infraestructura, entre otros, son los resultados de esta cooperación, indicó.
En El Salvador, precisó, estos proyectos abarcan la Biblioteca Nacional, el puerto de La Libertad, el nuevo estadio nacional, la potabilización del lago de Ilopango, becas a jóvenes universitarios para estudiar en China, donativos de vacunas anti-COVID, trigo, arroz, fertilizantes y otros proyectos de cooperación pragmática que beneficiarán a ambos pueblos.
Fiel a su histórico papel solidario con la lucha y la cooperación de los países del Tercer Mundo, el rol de Cuba fue extraordinario y de gran efectividad para el desarrollo de esta cumbre, remarcó Hernández.
Este cónclave abarcó una complejidad de temas y problemáticas desde la preocupación por la destrucción del medioambiente y el voraz saqueo de los recursos naturales del sur global por parte de las potencias imperialistas hasta la preocupación para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), indicó el experto.
Destacó que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, asistió a la Asamblea General de la ONU para exponer los resultados del encuentro ante el mundo, en su calidad de presidente «pro tempore» del grupo. Y es que el G77 + China es la más alta expresión de la solidaridad, la fraternidad y la cooperación de nuevo tipo de los países del sur global, subrayó.
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