Los participantes en el 60 Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) acordaron este miércoles un grupo de acciones que responden al impacto que la pandemia de la Covid-19 ha tenido en el aumento de la prevalencia de los problemas de salud mental y en las interrupciones en los servicios esenciales relacionados.
El documento persigue guiar a los Estados Miembros de la OPS en sus esfuerzos, mediante un enfoque basado en la equidad y los derechos, y teniendo en cuenta el contexto, las necesidades y las prioridades nacionales.
Según los expertos, la pandemia empeoró las afecciones de salud mental preexistentes, como los trastornos depresivos y de ansiedad graves, que en 2020 se elevaron en 35 y 32 por ciento, respectivamente, en América Latina y el Caribe.
Datos recientes muestran que cada año casi 100 mil personas mueren por suicidio en las Américas, siendo la única región de la Organización Mundial de la Salud donde la tasa de suicidio crece.
Las mujeres, los jóvenes, las poblaciones indígenas, los afrodescendientes y los miembros de otros grupos étnicos, así como las personas que viven en situación de pobreza y las que tienen algún trastorno de salud mental preexistente, se encuentran entre las más gravemente afectadas.
Los especialistas destacaron que, a pesar de los altos costos de los problemas de salud mental y de los suicidios en la región, su atención no siempre es priorizada y el financiamiento para su abordaje es insuficiente, con solo una pequeña fracción de los presupuestos nacionales del sector (alrededor del tres por ciento) asignada a este tema.
rgh/lpn