En realidad, era una muerte anunciada y ahora lo que resta es esperar al próximo viernes, cuando se repetirá la votación, pero en busca de una mayoría simple y no absoluta como la anterior.
Son escasas las posibilidades de que se revierta la tendencia, por lo cual España estará abocada a una segunda ronda de consultar del rey Felipe VI con los grupos parlamentarios, lo que llevaría a un nuevo intento de investidura en el Congreso de los Diputados.
Feijóo, presidente del Partido Popular (PP), la fuerza más votada en las elecciones de julio pasado, como se esperaba, quedó a cuatro votos de la mayoría absoluta y más bien hizo un ejercicio para consolidarse al frente de la oposición.
Fue derrotado por 178 votos en contra por 172 a favor, una cifra que probablemente se repita el viernes, aunque la mayoría simple (síes y noes) ofrece cierto margen.
Cuenta el PP cuenta con el respaldo de sus 137 representantes en la Cámara Baja, más los 33 del ultraderechista Vox y UPN de Navarra y Coalición Canaria, con uno cada uno.
El presidente del Gobierno en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez, tiene los 121 diputados de su formación, del movimiento de izquierda Sumar más nacionalistas e independentistas catalanes, vascos y gallegos de distinto signo político, que alcanzan esos 178 votos.
Sin embargo, para una eventual investidura, Sánchez tendrá una compleja negociación, en especial con los independentistas de Cataluña de Junts y Esquerra Republicana.
El tema pasa por la amnistía para procesados por la declaración unilateral de independencia de 2017 en esta región española y un referendo de autodeterminación pactado con el Estado español, iniciativas que tienen el rechazo de buena parte de la población.
Aun en la derrota, Feijóo agradeció los aplausos y apoyo de sus seguidores, señaló al próximo viernes como una posibilidad más de ser investido, si bien aceptó su papel futuro de líder de la oposición a preguntas insistentes de los periodistas.
Sánchez tendría hasta el 27 de noviembre para tratar de conseguir el espaldarazo de la Cámara Baja. De no lograr el éxito, se hará obligatorio la convocatoria a elecciones generales para el 14 de enero, después que Su Majestad disuelva las Cortes Generales (Parlamento).
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