La fecha quedó establecida para homenajear en el día de su nacimiento (1 de octubre de 1935) a Julio Jaramillo, conocido como el ‘Ruiseñor de América y principal referente de esas melodías y letras, que a juicio de sus seguidores son poesías salidas del alma.
‘Nuestro Juramento’, ‘La Cama Vacía’, ‘Rondando tu Esquina’, ‘Ódiame’ y ‘Fatalidad’, fueron algunas de las canciones inmortalizadas por Jaramillo, quien llevó su música a diferentes rincones del continente como Colombia, Perú, Argentina, Uruguay y Chile, entre otros.
Ligado a profundos entramados históricos, sociales y culturales, así como a significaciones, valores, funciones, usos y formas tradicionales transmitidas de generación en generación, el pasillo se mantiene vivo en este país andino, donde cantantes jóvenes lo revitalizan.
Desde este domingo y hasta el 21 de octubre, la Fundación Teatro Nacional Sucre y el Centro Cultural Mama Cuchara presentan el Festival del Pasillo, donde exponentes actuales de ese género rendirán homenaje a esa música.
Historiadores resaltan que el pasillo surgió en la época de las guerras de independencia en Sudamérica como resultado de una fusión de diversos ritmos como el yaraví, el vals, el minué y el bolero español.
Entonado generalmente con guitarra y requinto, su nombre se debe a la forma en que se bailaba, con pasos cortos y rápidos.
Estudiosos coinciden en que tiene una importancia relevante, no sólo en lo musical, sino también en la memoria histórica de la población, pues las serenatas, los conciertos, lugares y medios de comunicación donde se escuchaba, forman parte de la historia de esta nación andina.
En diciembre de 2021 el género musical recibió la designación de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte del Comité para la Salvaguardia del Patrimonio Intangible de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
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