Los paramilitares dijeron tener el control de una base militar en Wad Ashana, donde anunciaron que habían capturado armas, municiones y 12 vehículos de combate al Ejército, versión que fue negada por este.
En tanto, el jefe de las Fuerzas Armadas sudanesas, general Abdel Fattah Al-Burhan, afirmó que el discurso promovido por las RSF sobre democracia, justicia y un llamado al diálogo es falso.
AL-Burhan aseguró ante miembros del cuerpo de artillería en la ciudad de Atbara, en el norte, que las RSF pretenden dividir el país, y describió sus acciones como una puñalada en la espalda del pueblo sudanés.
La guerra en Sudán deja ya más de siete mil 500 muertos, la mayoría civiles, y alrededor de siete millones de desplazados en el mismo país o que buscaron refugio en los vecinos, sobre todo en Egipto y Chad.
Los enfrentamientos estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST), al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos con grado de general, se disputan el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente Omar al Bashir. jf/fvt