De acuerdo la investigación de esa fundación con sede en esta capital, cada 26 horas y 55 minutos una mujer pierde la vida como consecuencia de la violencia misógina y patriarcal aquí.
Asimismo, según representantes de Aldea, 2023 ha sido el año más violento para las mujeres en la nación sudamericana.
Es una cifra aterradora, estamos ante un Estado que no se inmuta ante las muertes violentas de mujeres, declaró recientemente a Prensa Latina presidenta de esa organización sin fines de lucro, Geraldine Guerra.
En su opinión son necesarios presupuestos, no discursos, ni papeles firmados, sino acciones en territorios urbanos y rurales que permitan un sistema de protección integral para prevenir los femicidios, porque esos actos son consecuencia de una escalada de la violencia.
En el actual contexto de inseguridad en Ecuador, Guerra alertó que hay otros componentes de peligrosidad, como el uso de personas del sexo femenino como botines de guerra entre bandas delincuenciales, o sus cuerpos violados y mutilados o macheteados en zanjas y calles para marcar territorios.
El pasado 11 de septiembre, cientos de mujeres marcharon en Ecuador en rechazo a la violencia de género al cumplirse un año del femicidio de la abogada María Belén Bernal, asesinada a manos de su esposo, un teniente de policía, un caso que estremeció al país.
Desde 2014 mil 617 mujeres han sido asesinadas en esta nación, según cifras oficiales de Aldea.
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