Leonid Savin*, colaborador de Prensa Latina
Igualmente se plantea una evidente dificultad para definir el espectro político ruso: ¿se trata de un régimen de izquierda o de derecha?, ¿quizás centrista? Para tratar de explicarlo hace un tiempo el funcionario de la administración presidencial, Vladislav Súrkov, acuñó el término de “Democracia Soberana”, pero, incluso, este tampoco ofrece una comprensión clara. Esto nos obliga a desmenuzar el asunto en detalle, punto por punto.
En cuanto al modelo capitalista, teniendo en cuenta una serie de factores, podemos afirmar con confianza que en su sentido lato no está presente en Rusia. Si bien hay grandes capitales privados y algunos mecanismos que son idénticos a los modelos occidentales del capitalismo, la administración pública es significativamente diferente.
En primer lugar: la formación del presupuesto de Rusia se lleva a cabo mediante un método planificado que se asemeja bastante al modelo socialista de la era soviética.
En segundo lugar: en Rusia hay sectores sociales fundamentales que son financiados por el Estado, como la salud, la educación y la cultura. Si bien es necesario elevar una serie de indicadores para el desarrollo del capital humano y la mejora del nivel de vida (que depende de la financiación de las industrias), eso está presente. A diferencia de los países de la UE o los Estados Unidos, los servicios de estos sectores son gratuitos, pero no peores.
Por supuesto, en la educación superior, solo una parte de las plazas se otorgan sin costo alguno y la colegiatura es cubierta por el presupuesto del Estado, pero los aspirantes que tienen altas evaluaciones en la enseñanza precedente pueden ingresar a universidades e institutos de forma gratuita.
En tercer lugar: los programas sociales en Rusia están dirigidos a cubrir las necesidades de diferentes sectores de la población: se proporciona asistencia monetaria al nacer un niño, así como la entrega mensual de alimentos hasta cierta edad; apoyo a familias numerosas; al personal militar; indexación constante de las pensiones y otros varios beneficios, desde el transporte público gratuito hasta el acceso en iguales condiciones a los sanatorios.
En cuarto lugar: Rusia está prácticamente aislada del sistema capitalista global: el sistema bancario SWIFT no funciona aquí, no hay inversores occidentales y muchas empresas se han visto obligadas a abandonar el mercado ruso. El Occidente colectivo tomó esta decisión con el fin de ejercer presión sobre el Kremlin, pero en realidad, se ha aislado a sí mismo y con esto, le dio la oportunidad a Moscú de desarrollar su economía sin la influencia externa.
Por supuesto, todavía hay muchos vestigios de neoliberalismo desde la era de Boris Yeltsin en los años 90. Por ejemplo, las extrañas decisiones del Banco Central de Rusia, que provocan críticas de economistas patriotas como el académico Serguei Gláziev. Sin embargo, en general, es obvio el enfoque más social del trabajo de los ministerios y departamentos sustanciales del Estado y el gobierno.
Además, en los discursos y declaraciones del presidente de Rusia, Vladimir Putin, se enfatiza constantemente la necesidad de cuidar a la gente, ayudar a los ciudadanos de Rusia por parte del Estado. Tales actitudes sociales también están presentes en los documentos doctrinales, desde las estrategias de política exterior y seguridad nacional hasta el programa de desarrollo socioeconómico del país.
En cuanto al espectro izquierda- derecha, esta es una pregunta bastante interesante. El Partido Comunista de la Federación de Rusia no puede clasificarse entre los partidos de izquierda clásicos, debido al hecho de que su composición, según los criterios tradicionales, está más cerca de la burguesía.
El partido Rusia Justa- por la verdad, tampoco cae en la categoría de izquierda, tal y como era asumida en el siglo XX. En general, hay que tener en cuenta que la propia política de izquierda ha sufrido un cambio fuerte.
En Europa, los partidos de izquierda fueron golpeados por el Trotskismo y se transformaron más allá del reconocimiento. El hecho de que todos los partidos parlamentarios de izquierda de Europa en 2011 apoyaron el bombardeo de Libia por el bloque de la OTAN muestra cuán distorsionadas están las ideas de izquierda.
En verdad, en lugar de hacer suyas las cuestiones de la justicia social, el antimilitarismo, el anticolonialismo y la solidaridad proletaria, muchos partidos de izquierda modernos se han involucrado en otras cuestiones como las ambientales, los derechos de las minorías sexuales, el transhumanismo y la legalización de drogas.
En Rusia, tanto los partidarios de las ideas de izquierda (marxismo-comunismo clásico) así como los que asumen puntos de vista conservadores (ya que no hay partidos de derecha en el sentido europeo en Rusia) se adhieren a cuestiones como la promoción y salvaguarda de los valores familiares tradicionales y diversas visiones religiosas del mundo (aunque hay un pequeño porcentaje de laicos), y la sociedad en sí es inclusiva (es decir, que cualquier extranjero puede convertirse en ruso en el sentido amplio de la palabra, independientemente de su origen).
Si hablamos de otros partidos parlamentarios de Rusia, el Partido Liberal Democrático de Rusia (LDPR) y Rusia Unida, tampoco es posible encasillarlos en los presupuestos de la derecha. El LDPR, aunque utilizó la retórica de derecha, especialmente cuando su líder era Vladimir Zhirinovsky, es más bien una entidad populista, en tanto, Rusia Unida, es un conglomerado burocrático que intenta adherirse a un curso moderadamente patriótico (aunque en el propio partido hay representantes de diferentes puntos de vista y creencias).
Aunque los observadores externos (generalmente de los países occidentales) intentan pegar etiquetas inventadas tanto a los partidos políticos como al sistema estatal ruso en su conjunto, la realidad es diferente.
En general, la realización de una Operación Militar Especial en Ucrania, de cierta manera, ha unido a todos los partidos políticos de Rusia, tanto en relación con la política exterior como en los asuntos internos del país. Han comenzado a actuar de una manera más activa en interés de los ciudadanos y de los varios grupos sociales, empleando un lenguaje que se aviene a los intereses soberanos de toda Rusia, y no asociado a cualquier ideología.
De lo anterior, podemos concluir que la política interna en Rusia ahora tiene un enfoque más social. Aunque las grandes corporaciones públicas y privadas poseen grandes capitales, los ajustes de las leyes en los últimos años demuestran un curso que satisface las demandas y aspiraciones de los ciudadanos comunes.
Aunque es un proceso continuo y se puede mejorar ininterrumpidamente, en muchas áreas ya se han marcado metas y objetivos específicos para los próximos años y a mediano plazo. Rusia tiene una gran cantidad de recursos naturales, potencial científico y habilidades técnicas para implementar gradualmente todos los programas y realizar logros en beneficio de sus pueblos.
(Traducción del ruso. Oscar Julián Villar Barroso. Doctor en Ciencias Históricas y Profesor Titular de la Universidad de La Habana.)
rmh/ls
*Investigador científico asociado de universidad de Rusia
(Tomado de Firmas Selectas)