Pablo Picasso, nada más su nombre, que hoy se venera en España, Francia, el resto de Europa y Estados Unidos, a propósito de los 50 años de su desaparición física.
En su natal Málaga en el museo que lleva su nombre, en Bilbao en el Guggenhein o más recientemente en el Thyssen-Bornemisza de Madrid, hasta llegar a la Casa de América, donde un experto uruguayo desvela los enigmas que acompañan a su obra más emblemática, el Guernika.
Conmemoración en 2023 de cinco décadas del fallecimiento de Pablo Diego Francisco de Paula Nepomuceno Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso.
-HISTORIA
En el entorno de la Casa de las Juntas de Guernika-Lumo, en el País Vasco, está el famoso Árbol de Guernika, un roble que ha sido renovado varias veces y guarda una mística relevante en las tradiciones vascas.
Allí se observan algunas muestras de la destrucción y muerte ocasionados por los bombardeos de la Legión Cóndor alemana nazi y la Aviación Legionaria italiana. Y también, no faltaba más, una réplica del cuadro de Picasso.
Guernika estuvo expuesto durante 44 años en el el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) de Nueva York, por expreso deseo de su autor, que rechazó tenerlo en España mientras perdurara la dictadura de Franco.
Llegó a Madrid el 10 de septiembre de 1981. A poco de aterrizar en la capital española, el comandante Juan López Durán del Jumbo 747 de Iberia (IB-952) lanzó la noticia histórica.
“Señoras y señores, les informo de que hoy han viajado con un compañero muy especial: el Guernika, que ha llegado hoy a España y que venía también en el avión”, dijo el piloto.
Desde entonces, fue instalado en la sala Sabatini del Museo Reina Sofía de Madrid, protegido durante varios años por una seguridad especial.
ENIGMAS
En ocasión de los homenajes al maestro del cubismo, Ana Teresa Ayala, embajadora de Uruguay en España, promovió este martes en Casa de América de esta capital la conferencia del artista Pablo Bruera.
Escultor, investigador y docente, oriundo de Montevideo, pero radicado en España y con una trayectoria en Barcelona, Bruera ofreció diversas perspectivas de las técnicas utilizadas por Picasso al concebir al Guernika.
El artista uruguayo, en su disertación, explicó que los misterios del cuadro supremo del malagueño tienen un detalle peculiar, las líneas que representan el cuerpo del toro y el cuello del caballo persisten a pesar de que las formas que solían dibujar han cambiado.
Así se refirió a las referencias de la pintura rupestre, la generación de ritmos originada por Picasso, la geometría visual, arcos, simetría, ejes o triángulos que a lo largo de la historia de las artes plásticas utilizaron Modigliani, Van Gog, Rafael o Leonardo.
“Líneas y puntos simétricos, la construcción del cuadro con la figura del triángulo y la intención de apoyarse en el realismo del blanco y negro, que en última instancia es un recurso lleno de matices estructuran una obra que fue cambiando muchas veces hasta encontrar el simbolismo pretendido”, reflexionó Bruera.
El horror y la barbarie de la guerra; símbolos premonitorios de la conflagración mundial; la paloma desdibujada o la mujer que sostiene en sus brazos a su hijo muerto; el toro sinónimo de brutalidad o el caballo de la España franquista. Todavía los expertos tratan de descifrar las claves del Guernika.
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