Así lo valoran analistas, como el periodista argentino Hector Bernardo, quien en un artículo en el medio digital La Pluma se refiere a Ecuador como un país “atrapado en la telaraña del imperio”.
Con la excusa de la cooperación internacional, la protección del medio ambiente y la lucha contra el narcotráfico, el Departamento de Estado y los servicios de inteligencia norteamericanos han tejido una compleja red que convierten a Ecuador en un enclave para intereses geopolíticos de Estados Unidos, apunta Bernardo.
Según comentó, quien gane en el balotaje del próximo domingo, sea Luisa González, del movimiento de izquierda Revolución Ciudadana, o Daniel Noboa, de la alianza de derecha Acción Democrática Nacional, recibirá un país sumido en una profunda crisis multidimensional.
En ese sentido señala que el Estado ecuatoriano está atado a una enmarañada red controlada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, la Administración de Control de Drogas norteamericana (DEA), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y sus brazos de acción en la sociedad civil.
En particular, el experto menciona la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), aunque también se refiere a organismos infiltrados y dirigentes cooptados.
El giro en la política exterior dado por la administración de Lenín Moreno (2017-2021) se profundizó en diciembre de 2022, cuando el Congreso del país norteño aprobó la “Ley de Asociación Estados Unidos-Ecuador”, ideada por los congresistas de ultraderecha, Marco Rubio y Bob Menéndez, recordó Bernardo.
Según afirmó, con el argumento de la “colaboración”, la Embajada norteamericana, la DEA, CIA, la NED y la USAID permearon las instituciones ecuatorianas, en especial sus fuerzas de seguridad, y han logrado cooptar a dirigentes y funcionarios de altos rangos.
Estás formas de infiltración, cooptación e injerencismo por parte de los servicios de inteligencia de Estados Unidos en Ecuador no son nuevas (ni se desarrollan exclusivamente en este país suramericano), aseguró.
Sin embargo, advirtió que en los últimos años estas prácticas parecen haber tomado un nuevo vigor con la complicidad del actual mandatario que deja “un terreno minado para quien gane las elecciones del 15 de octubre”.
Recientemente Lasso viajó a Washington, donde sostuvo reuniones con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, con la Usaid, y como colofón firmó, en silencio, un acuerdo que permite la presencia militar estadounidense en suelo ecuatoriano.
Con los comicios del próximo domingo, los compromisos tendrán que ser ratificados o revocados por quien asuma el Palacio de Carondelet.
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