La Roja, que configura una identidad de juego con la mezcla de jugadores experimentados y el ascenso de jóvenes figuras, fue dominadora del partido y con voluntarismo encontró finalmente el camino del gol, con centro del veterano Jesús Navas y remate de cabeza preciso de Alvaro Morata.
Morata, un delantero durante mucho tiempo cuestionado por su irregularidad, parece haber encontrado su mejor versión tanto con el conjunto español como con su club, el Atlético de Madrid.
La apuesta del técnico del equipo, Luis de la Fuente, siguió un libreto poco ortodoxo, pero hasta ahora bastante eficaz. Ya ganó la Nations League este año y ha logrado mejorar en hermetismo en la línea zaguera.
Encajó un gol, anulado por fuera de juego, que hubiese sido una joya en cobro de castigo del incombustible Scott Mc Tominay. Fue en realidad una de las pocas veces en que los escoceses asediaron la portería defendida por Unai Simón.
Además de la diana del capitán Morata a los 73 minutos, Oihan Sancet (86) se estrenó por partida doble en la selección y como goleador. Hubo también estrenos del atacante Bryan Zaragoza y del lateral Fran García, todos de poco más de 20 años.
Ahora España (12 puntos) se consolidó en el segundo puesto del grupo A, a tres del líder Escocia, y con dos más que el tercer clasificado, Noruega, que ganó este jueves 4-0 en Chipre.
Los noruegos poseen una plantilla que comienza a asustar a Europa. Además del supercrack Erling Haaland (marcó dos goles), tiene jugadores con vocación ofensiva como Alexander Sorloth, Fredrik Aursnes y Martin Odegard.
Precisamente Noruega (10 puntos), de anfitrión en Oslo, chocará contra la Roja el domingo. Clasifican los dos primeros de cada serie, y los mejores terceros irían a la repesca.
El duelo entre vikingos y españoles adquiere un significado especial para los locales que necesitan ganar si quieren mantener su aspiración de acceder a la justa de Alemania 2024.
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