La votación fue de 200 para Jordan, 212 para el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries (demócrata de Nueva York), seis para el destituido presidente del órgano Kevin McCarthy (republicano de California) y siete para el líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, Steve Scalise (Luisiana).
El ejercicio mostró cuán divididos siguen los republicanos en la Cámara Baja, que deberá realizar una segunda votación en un proceso que transmite en vivo la televisión y resulta realmente agotador.
McCarthy rompió rércord en enero cuando necesitó enero 15 rondas de sufragio y muchas concesiones para obtener el mazo.
Este martes se cumplen dos semanas desde que ocho republicanos se unieron a los demócratas para derrocar a McCarthy de la presidencia, una votación histórica que hundió a la Cámara Baja en un periodo de parálisis.
Jordan, presidente fundador del conservador Freedom Caucus, ganó la nominación de la conferencia del Partido Republicano la semana pasada después de que Scalise, ganador en un primer momento, se retirara ante la imposibilidad de reunir los votos requeridos.
Poco después, el actual presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes aseguró la nominación sobre el congresista de Georgia Austin Scott.
Conocido por su fidelidad al expresidemte Donald Trump a quien ha defendido incluso en relación con las falsas alegaciones sobre fraude electoral en noviembre de 2020, Jordan es un constante crítico de la agenda de gobierno de Joe Biden.
Sus dardos contra el demócrata van dirigidos en especial hacia su política migratoria, la cual, por cierto, está acudiendo a medidas de la era Trump para tratar de controlar el flujo de indocumentados que intentan entrar a Estados Unidos por la frontera sur.
Para Ken Buck (republicano de Colorado), si Jordan liderará la Cámara Baja «durante un ciclo electoral presidencial, particularmente un año de elecciones presidenciales con primarias y caucus en todo el país, tendrá que ser fuerte y decir que Donald Trump no ganó las elecciones».
La paralización de los trabajos en el hemiciclo por falta de presidente impide tomar decisiones urgentes como el presupuesto para el año fiscal 2024, cuyas negociaciones tienes que estar listas antes de la fecha límite del 17 de noviembre.
También están se incluyen en la agenda la aprobación de otros proyectos y los pedidos de Biden para la ayuda que se destinará a Israel y Ucrania.
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