La pugna por el poder en Sudán entre los generales Abdel Fattah al Burhan, presidente del Consejo Soberano de Transición ((CST) y Mohamed Hamdan Dagalo, líder de la milicia Fuerzas de Apoyo Rápìdo (RSF, inglés) cumplió seis meses el domingo pasado sin que haya atisbos de una solución negociada.
La Presidencia sursudanesa difundió un comunicado según el cual Kiir reiteró su disposición a acoger la semana que viene una reunión de líderes políticos sudaneses en Yuba tras una reunión con el vicepresidente del CST, Malik Agar, cuya llegada a esta capital era desconocida por la prensa.
La agenda del eventual encuentro entre las partes en conflicto estaría basada en forjar un nuevo entendimiento común para resolver la crisis actual y en la revisión del Acuerdo de Paz de Juba, especifica la comunicación presidencial.
Intentos de mediación previos naufragaron apenas abandonar puerto y lo único claro ahora es que los contrincantes aseguran poder eliminar a su rival en combates en los cuales intervienen artillería reactiva y de campaña, aviación e infantería librados en zonas urbanizadas con el consiguiente resultado de civiles muertos.
Pero el resultado más tétrico es que desde su inicio el pasado 15 de abril, la guerra entre el presidente del CST y el líder de las RSF causó más de nueve mil muertes, un número muy superior de heridos y unos cinco millones 600 mil personas desplazadas, parte de las cuales vagan por los caminos en busca de un lugar para reposar sin la certeza de sobrevivir al día.
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