Contrario a lo que pensaba el propio Jordan, en el sufragio de este miércoles se le esfumó un voto en comparación con el día anterior, lo que hace suponer que su camino hacia el mazo será similar de escabroso al del destituido Kevin McCarthy.
Los miembros de la Cámara Baja en esta ronda le dieron 199 votos al republicano de Ohio, 212 para el líder de la minoría, el demócrata Hakeem Jeffries, y 22 para otros congresistas.
“No se eligió un presidente”, declaró el provisional en el puesto Patrick McHenry (republicano por Carolina del Norte) justo antes de declarar el órgano del legislativo en receso, sujeto a nueva convocatoria con el mismo fin.
Mientras tanto, el impulso para ampliar el poder de McHenry se está intensificando en un intento por esquivar las consecuencias de la evidente división en las filas del Partido Republicano.
McCarthy rompió récord en enero cuando necesitó enero 15 rondas de sufragio y muchas concesiones para obtener el mazo.
Este martes se cumplen dos semanas desde que ocho republicanos se unieron a los demócratas para derrocar a McCarthy de la presidencia, una votación histórica que hundió a la Cámara Baja en un periodo de parálisis.
Jordan, presidente fundador del conservador Freedom Caucus, ganó la nominación de la conferencia del Partido Republicano la semana pasada después de que Scalise, ganador en un primer momento, se retirara ante la imposibilidad de reunir los votos requeridos.
Poco después, el actual presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes aseguró la nominación sobre el congresista de Georgia Austin Scott.
Conocido por su fidelidad al expresidemte Donald Trump a quien ha defendido incluso en relación con las falsas alegaciones sobre fraude electoral en noviembre de 2020, Jordan es un constante crítico de la agenda de gobierno de Joe Biden.
Para Ken Buck (republicano de Colorado), si Jordan finalmente lidera la Cámara Baja «durante un ciclo electoral presidencial, particularmente un año de elecciones presidenciales con primarias y caucus en todo el país, tendrá que ser fuerte y decir que Donald Trump no ganó las elecciones».
La paralización de los trabajos en el hemiciclo por falta de presidente impide tomar decisiones urgentes como el presupuesto para el año fiscal 2024, cuyas negociaciones tienen que estar listas antes de la fecha límite del 17 de noviembre.
También en la agenda están la aprobación de otros proyectos legislativos y los pedidos de Biden para la ayuda que se destinará a Israel y Ucrania.
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