El lunes el mandatario sostuvo reuniones con su equipo de seguridad nacional acerca de la situación en torno a la guerra declarada por Israel al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), que provocó la escalada en la volátil región.
Su viaje se produce en un momento en que el régimen sionista intensificó sus bombardeos contra la Franja de Gaza después de implantar un bloqueo total que privó al enclave costero de agua, alimentos, medicinas y combustible, y amenazó, además, con una ofensiva terrestre.
Biden camina sobre una delgada línea entre su férreo apoyo a Israel y la crisis humanitaria que agudizó su socio en Gaza.
Según publicó un comunicado de la Casa Blanca, Biden demostrará su “firme apoyo a Israel” y consultará “sobre los próximos pasos”.
El texto anticipó que el gobernante irá a Amman, Jordania, donde debía reunirse con el rey Abdullah II, y los presidentes de Egipto, Adelfatah Sisi, y de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.
Sin embargo, la cumbre en la capital fue cancelada tras el bombardeo de Israel a un hospital en Gaza que dejó más de 500 muertos.
A propósito, el jefe de la Casa Blanca dijo en un comunicado estar «indignado y profundamente entristecido por la explosión en el hospital árabe Al Ahli en Gaza y la terrible pérdida de vidas que provocó».
Biden afirmó que le ordenó a su equipo de Seguridad Nacional que «continuara recopilando información sobre lo que sucedió exactamente».
Al cierre del onceno día de la escalada del conflicto, más de tres mil palestinos fueron asesinados y 13 mil 750 resultaron heridos, la mayoría de ellos por los bombardeos indiscriminados en esta nueva agresión de Israel contra la Franja de Gaza, de acuerdo con datos oficiales.
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