Desde el 7 de octubre, cuando Hamas atacó a Israel y este respondió con bombardeos a la Franja de Gaza, las autoridades francesas nacionales y locales habían impedido las manifestaciones propalestinas, no así las proisraelíes, aunque las primeras se dieron en varias ciudades, pese a los arrestos y las disoluciones.
El Consejo de Estado dictaminó esta semana que la decisión de autorizar o no una concentración de este tipo recae en los prefectos departamentales y con una evaluación caso a caso, abriendo las puertas a un eventual visto bueno a las solicitudes de quienes en suelo galo defienden el derecho de Palestina a la autodeterminación.
Sin embargo, la movilización de hoy en la emblemática Plaza de la República había sido prohibida, con detenciones reportadas y las acciones de la policía para disolverla, escenario que cambió repentinamente.
El Tribunal Administrativo de París suspendió la decisión de la Prefectura, por lo que la concentración continuó, en la cual los participantes condenaron los crímenes de Israel, con más de tres mil 700 palestinos asesinados por los bombardeos indiscriminados contra Gaza, sometida además a un bloqueo total, que impide el acceso a alimentos, electricidad y agua.
En un diálogo con estudiantes en esta capital, el presidente Emmanuel Macron atribuyó la prohibición en Francia a las marchas propalestinas a “la necesidad de un período de decencia después del ataque terrorista de Hamas”, que cobró la vida de más de un millar de civiles israelíes.
Veo que hay gente que quiere manifestarse pacíficamente, pero hay elementos muy radicales que van a quemar banderas de Israel y defender a Hamas, esgrimió.
Desde algunos sectores de la política, sobre todo en la izquierda, exigieron al gobierno la misma condena a los bombardeos indiscriminados y al bloqueo total contra Gaza que a la acción perpetrada por Hamas.
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