Los socios de Hungría en la OTAN expresaron preocupación sobre cuestiones de seguridad por el encuentro de Orban con Putin, en el marco del Foro de la Ruta y la Franja en Beijing, señaló la agencia Bloomberg, citada aquí por la televisión capitalina.
Tal situación habla de la profundización de las diferencias dentro de la alianza atlántica, a partir de los nexos entre Budapest y Moscú, consideró el referido medio de prensa.
La publicación acusa a Hungría de minar la supuesta unidad de Occidente al mantener los acuerdos energéticos con Rusia, limitar la ayuda bélica a Ucrania, impedir la ampliación de la OTAN y por las exigencias públicas de suspender las sanciones contra Moscú.
Sin embargo, las autoridades magiares consideran que solo defienden intereses nacionales para garantizar una estabilidad de sus tarifas energéticas internas, contrario al alza observado en ese sentido en otros países europeos que bloquearon las compras a Rusia.
Además, el Gobierno húngaro estima que el rearme solo alarga la contienda bélica en Ucrania, donde el 24 de febrero del pasado año Putin ordenó una operación militar especial para proteger a la población de la región sublevada del Donbass.
Hungría, cuya minoría en Ucrania quedó limitada en la enseñanza del idioma magiar por leyes para la educación, señala que las más de 10 mil medidas punitivas aplicadas contra Moscú tienen un efecto bumerán y causan ahora más daños a las economías europeas que a la rusa.
Medios de prensa recuerdan aquí que Putin sostuvo encuentros recientes con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuya nación también es miembro de la alianza atlántica, pero ello no llevó a una convocatoria de una cita de diplomáticos de ese bloque.
La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, estimó ayer que la reunión de Putin y Orban era un asunto incómodo y desprovisto de cualquier lógica, a lo cual el vocero del Gobierno húngaro, Zoltan Kovac, respondió con una referencia a nexos de su esposo con Rusia.
Zoltan señaló que el esposo de la jefa de Gobierno, Arvo Hallik, mantiene relaciones comerciales con Moscú a través de sus compañías y, además, insta a otros empresarios estonios a hacer lo mismo.
Por esa actividad, Hallik recibió beneficios por medio millón de euros, mientras su esposa llamaba antes los medios de prensa a un recrudecimiento de las sanciones contra Rusia y sus ciudadanos, recordó.
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