Mediante un comunicado, la cartera denunció que el evento finalizó el 30 de septiembre y hasta la fecha no tiene una respuesta en cuanto al cumplimiento de los acuerdos establecidos sobre el retorno al país de las piezas.
Detalló que sus supervisores han dado acompañamiento al procedimiento de desmontaje y embalaje de los bienes culturales muebles, sin embargo, hasta la fecha California Science Center Foundation guardó silencio.
Esa entidad –agregó en el texto- evitó la comunicación oficial y, por tanto -señaló- «corren peligro de permanecer sin las medidas de protección pertinentes en bodegas de Estados Unidos».
Además, según información extraoficial a la que tuvo acceso el Ministerio de Cultura y Deportes, existe riesgo que los bienes culturales sean trasladados de forma ilícita a un museo de la República Federal de Alemania, subrayó.
Aseguró que su equipo legal se reserva el derecho de entablar las acciones pertinentes, por la vía diplomática a través del Ministerio de Relaciones Exteriores de la nación, a fin de garantizar el respeto de la legislación vigente.
La exposición, con cerca de 300 objetos, la mayoría nunca vistos en Estados Unidos, ofreció una visión cultural y ecológica no sólo de la alta cultura maya, sino también de la vida cotidiana de un pueblo profundamente religioso.
Destacó una vasija de cerámica con imágenes de dos dioses del maíz danzantes y ricamente ataviados, que data del siglo VIII después de Cristo.
Aparte, una elaborada máscara de jade, adornada con piedras de la roca verde, caracolas y obsidiana (vidrio natural de origen volcánico).
Llamó la atención también un encantador incensario del periodo clásico con forma de diosa mayor que lleva un tocado de serpiente y sostiene plantas medicinales, y se cree que representa a la diosa patrona de las comadronas.
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