Al intervenir en la Cumbre por la Paz, organizada en esta capital, el gobernante describió tal agresión como un castigo colectivo a un pueblo sitiado e indefenso, en una violación flagrante del derecho internacional humanitario.
En este sentido, el rey de Jordania, precisó que en cualquier otro lugar, atacar la infraestructura civil y privar deliberadamente de alimentos, agua, electricidad y productos de primera necesidad a toda una población sería condenado.
Al respecto, advirtió que las consecuencias de la continua apatía e inacción internacional serán catastróficas «para todos nosotros».
El jefe de Estado reiteró su llamamiento al fin inmediato de la guerra en Gaza, a la protección de los civiles y a la adopción de una posición unificada que condene los ataques.
La máxima autoridad jordana destacó la necesidad de una entrega sostenida e ininterrumpida de ayuda humanitaria, combustible, alimentos y medicinas a la Franja de Gaza.
Al mismo tiempo, Abdullah II reafirmó el rechazo inequívoco al desplazamiento forzado o interno de los palestinos, calificándolo de crimen de guerra según el derecho internacional y una línea roja para todos.
«Este conflicto no comenzó hace dos semanas. Hoy, Israel está literalmente matando de hambre a los civiles en Gaza, pero durante décadas, los palestinos han estado privados de esperanza, de libertad y de un futuro», enfatizó.
A propósito, puntualizó que el gobierno de Tel Aviv nunca rinde cuentas, «las injusticias de la ocupación continúan y el mundo se aleja hasta la próxima ronda de violencia».
En otro momento de su discurso, consideró que las autoridades israelíes deben darse cuenta de que no hay una solución militar a sus preocupaciones de seguridad y no pueden seguir marginando a los cinco millones de palestinos que viven bajo su ocupación.
Por iniciativa de Egipto, líderes mundiales y jefes de delegaciones árabes e internacionales acudieron a esta capital para sumar esfuerzos y detener la guerra en Gaza.
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