Sin embargo, pocos observadores albergan esperanzas de que el jefe del Ejecutivo logre algún resultado concreto después que tampoco, en su papel e titular de turno de la Unión Europea (UE), tuviese éxito en la cumbre efectuada el fin de semana pasado en Egipto.
Sánchez conversó con la embajadora de Israel en España y Andorra, Rodica Radian-Gordon, y acto seguido lo hizo con el jefe de la misión Diplomática de Palestina en España, Husni M. A. Abdelwahed.
En Madrid, Barcelona y otras ciudades importantes de España, se desarrollaron en días recientes numerosas manifestaciones de repudio al enfrentamiento bélico de Israel con el grupo Hamás, así como a la escalada de violencia, con bombardeos de Tel Aviv que dejaron miles de muertes de civiles palestinos en la Franja de Gaza.
Lo que para una mayoría de españoles y residentes constituye un genocidio de Israel contra el pueblo palestino, se convirtió asimismo en asunto de polémicas entre la izquierda que adopta una postura de rechazo a la beligerancia del régimen sionista, y la derecha apuntando a fisuras dentro del Gobierno bajo supuesta tolerancia a las acciones de Hamas. En medio de toda esta tormenta, Sánchez apela a los canales diplomáticos para que un incidente entre España e Israel de la semana pasada y que ambas partes dieron por zanjado, no enturbie las relaciones bilaterales.
El canciller en funciones, José Manuel Albares, valoró lo ocurrido como ‘incidente puntual’, lo mismo que la embajadora israelí. Ayer domingo, Sánchez habló telefónicamente con Benjamin Netanyahu, a quien le reiteró su condena a los ataques terroristas de Hamas contra Israel, y le pidió que la ayuda humanitaria llegue a la población de Gaza de manera ‘suficiente y sostenida’.
Otro paso dado por el gobernante fue reunirse con los representantes de las comunidades judía y musulmana en España a quienes pidió hacer todos los esfuerzos para evitar una espiral de violencia y volver a una situación diplomática y política.
Miles de personas expresaron en diversos puntos del pais ibérico su decepción por la falta de resultados de la cumbre en Egipto, donde ninguno de los actores logró arrancar acuerdos rotundos que permitan avizorar el fin del conflicto de Tel Aviv con Hamas.
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