En el decimoctavo día de guerra fueron atacadas zonas de Gaza pobladas por civiles, mientras el Ejército israelí y las milicias en el sur del Líbano siguen intercambiando fuego.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad en Gaza denunció que los ataques aéreos dejan además cerca de 18 mil heridos, mientras todo el territorio del enclave está bajo un cerco militar que impide la entrada de ayuda, la cual solo se ha podido recibir en tres ocasiones a través del paso fronterizo con Egipto de Rafá.
En tanto, la víspera, las milicias de Hamas liberaron a dos ancianas israelíes que llegaron este martes de madrugada a un centro médico en Tel Aviv, donde esperaban sus familiares. El viernes pasado, habían sido liberadas otras dos de ciudadanía estadounidenses.
Fuentes palestinas señalaron que la decisión se tomó por razones humanitarias apremiantes, y gracias a la mediación de Qatar y Egipto.
El ejército israelí intensificó desde el pasado domingo sus bombardeos contra la Franja, como preludio de una operación terrestre contra este pequeño territorio, uno de los más densamente poblados del mundo.
Bajo un asedio total desde el 9 de octubre, el enclave está sin suministros de agua, comida, electricidad ni combustible.
Naciones Unidas (ONU) considera necesario la entrada de 100 camiones con ayuda diariamente a Gaza para poder aliviar la situación pero hasta el momento solo han podido entrar 50 en total, desde el sábado.
Según la ONU, al menos 1,4 millones de palestinos han sido desplazados y la situación humanitaria es calificada de catastrófica.
Por último, se supo que otros seis empleados de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa) murieron en el transcurso de las últimas 24 horas en Gaza, según anunció la oficina de asuntos humanitarios del organismo mundial (Ocha).
De esta forma, suman ya 35 los miembros miembros del personal de la Unrwa muertos desde el 7 de octubre, cuando escaló el conflicto.
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