Escoltados por numerosos policías, decenas de judíos ingresaron al complejo religioso en grupos separados, denunció la agencia oficial de noticias Wafa.
La continua entrada al lugar de colonos y extremistas fue uno de las causas esgrimidas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) para lanzar una operación militar el 7 de octubre contra Israel, donde murieron mil 400 personas.
En respuesta, el gobierno de Benjamin Netanyahu inició una ola de bombardeos contra la Franja de Gaza, que provocó hasta la fecha unos seis mil decesos.
El lugar es sagrado para las tres grandes religiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islam.
Según los acuerdos alcanzados hace décadas, a los no musulmanes, incluidos los judíos, solo se les permite visitar el complejo con numerosas condiciones y ciertos días, pero no rezar.
Sin embargo, bajo la creciente presión de los sectores de la derecha y ultraortodoxos aumentó el número de fieles de esa religión que intentan orar allí, lo cual es considerado por los musulmanes una provocación.
Recientemente, el movimiento israelí Beyadenu, un grupo considerado racista y extremista por los palestinos, anunció que unos 49 mil judíos ingresaron al complejo religioso durante los últimos 12 meses.
Ante el aumento masivo en el número de visitantes y la lenta expansión de la oración judía en el sitio, que conocen como Monte del Templo, las autoridades musulmanas y palestinas denuncian que Israel intenta cambiar el statu quo.
La explanada forma parte de la Ciudad Vieja, ubicada en la parte oriental de la metrópoli, ocupada por el ejército de Israel durante la guerra de 1967.
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