Un comunicado de la Casa Blanca dijo que Biden reiteró en su llamada telefónica que Israel tiene “todo el derecho y la responsabilidad de defender a sus ciudadanos del terrorismo”.
Pero no queda claro qué quiso expresar el mandatario -que hizo un reciente viaje relámpago a Israel- cuando pide “hacerlo de manera consistente con el derecho internacional humanitario que prioriza la protección de los civiles”.
Hasta el momento, todo lo que ha hecho Israel es, como plantean observadores, una limpieza étnica especialmente en ese enclave costero, calificado por organizaciones humanitarias como la mayor cárcel del mundo al aire libre.
Biden y Netanyahu, quienes han sostenido comunicaciones casi a diario, discutieron los esfuerzos en curso para localizar y asegurar la liberación de los rehenes, incluidos los ciudadanos estadounidenses cuyo paradero sigue desconocido.
Esos ciudadanos podrían estar en poder del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), grupo que le asestó el pasado 7 de octubre el peor golpe a Israel en medio siglo.
Desde entonces Israel le declaró una guerra a Hamás que, en 23 días, provocó la muerte de ocho mil 100 palestinos por los bombardeos contra la Franja de Gaza y el incremento de la violencia en Cisjordania.
El régimen sionista ejecutó su ataque aéreo más intenso entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, mientras fuerzas terrestres se adentraban en suelo palestino, señalan aquí medios de prensa.
Netanyahu, afirmó en conferencia de prensa que comenzó la segunda etapa de la guerra contra Hamás lo que aumenta el peligro de que el conflicto se extienda en la región del Medio Oriente.
Entretanto, la televisión transmite en vivo el genocidio en Gaza.
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