En una declaración, la Cancillería también repudió los desplazamientos forzados de comunidades palestinas en la zona C cisjordana.
Asimismo, denunció que la violencia perpetrada por los colonos se multiplica, la que calificó de inadmisible y demandó su cese.
“Francia pide a las autoridades israelíes que adopten medidas inmediatas para proteger a la población palestina, en particular a la comunidad de Susiya, que ha recibido amenazas inminentes”, subrayó.
Los nuevos crímenes de los ocupantes de asentamientos en Cisjordania, considerados ilegales por la ONU, se enmarcan en la escalada de las operaciones militares de Tel Aviv contra la Franja de Gaza, en represalia por el letal ataque realizado por Hamas el 7 de octubre, en el que asesinó a más de mil 300 civiles israelíes y tomó decenas de rehenes.
Gaza sufre desde entonces sistemáticos bombardeos, con un saldo de más de siete mil personas inocentes masacradas, y un bloqueo total causante de una crisis humanitaria sin precedentes, que implica el colapso del sistema de salud local.
Esta semana, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, instó a sus compatriotas a armarse, en un alegado ejercicio de legítima defensa, que no pocos interpretaron como una incitación a la violencia, sobre todo en los territorios colonizados de Cisjordania.
En su reciente visita a Israel, el presidente francés, Emmanuel Macron, apoyó la cruzada de Netanyahu contra Hamas, pero le recordó que la guerra “tiene reglas” y llamó a respetar la vida de la población civil.
Macron fue criticado en suelo galo por no reclamar un cese de las hostilidades.
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