El Ministerio de Asuntos Exteriores y Emigrantes afirmó en un comunicado que la incapacidad del mundo para finalizar la guerra provocó la pérdida de prestigio y de legitimidad de las instituciones globales, en especial aquellas que tienen como objetivo preservar y garantizar los principios de los derechos humanos.
Al respecto, señaló que esta situación convirtió a la Carta de las Naciones Unidas y a los diversos convenios sobre derechos humanos “en solo tinta sobre papel”, que fueron reemplazados “por la ley de la selva y la lógica de que los fuertes se comen a los débiles”.
La cartera condenó la continuación de la guerra de Israel contra el enclave costero, así como sus masacres.
Ante esa situación, renovó su llamado a una intervención internacional urgente para detener los crímenes cometidos por “las fuerzas de ocupación y las milicias de colonos contra civiles palestinos”.
Según datos oficiales, más de ocho mil personas perdieron la vida en ese territorio desde el inicio del actual ciclo de violencia, el 7 de octubre, y otros 104 en Cisjordania.
En la vecina nación, las autoridades contabilizaron mil 400 fallecidos, tanto nacionales como extranjeros.
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