«En la ejecución de otra acción destructiva, el papel directo y clave fue asignado al gobierno de Kiev, que, a su vez, actuó de la mano de atroces rusófobos allí asentados», subrayó la diplomática en su página oficial de Telegram.
«La prontitud de las declaraciones y publicaciones del presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, así como su contenido, son pruebas directas de que el desvío de información emprendido por los servicios especiales ucranianos está coordinado.
Es indicativo que se han visto recursos asociados con el provocador fugitivo Iliá Ponomarióv, quien anteriormente ha declarado repetida y desafiantemente su deseo de perjudicar a la Federación de Rusia, llamando a los disturbios», aseveró.
Como señaló Zajárova, las manifestaciones masivas en Daguestán son el resultado de «una provocación planeada y llevada a cabo desde el exterior, dirigida a socavar el desarrollo armonioso y la unidad étnico-confesional del pueblo de la Federación Rusa».
«Fueron inspirados por quienes ya han recurrido en repetidas ocasiones a métodos descaradamente extremistas y terroristas para desestabilizar la situación política interna de Rusia», resaltó la vocera.
«La intensificación del trabajo de sabotaje de los servicios de seguridad ucranianos en dirección a Rusia es bastante comprensible. En la actualidad tienen el máximo interés en desestabilizar la situación en Rusia y desacreditarla en la escena internacional, añadió.
Según la vocera, Moscú seguirá desempeñando un papel estabilizador en los asuntos internacionales, incluido el arreglo de Oriente Medio, apoyándose en unas relaciones de respeto mutuo con todos los Estados de la región, para buscar la resolución de disputas y conflictos sobre la base del diálogo civilizado.
El 29 de octubre, en el aeropuerto de Majachkalá, en la República Rusa de Daguestán, se produjeron disturbios masivos tras la llegada de un vuelo regular procedente de Tel Aviv, en medio del agravamiento de la situación en Oriente Medio.
Varios centenares de personas irrumpieron en la terminal aérea y las pistas, si bien más tarde se vieron obligadas a salir de ahí por las fuerzas del orden.
Según los últimos datos, más de 20 personas resultaron heridas, incluidos agentes de Policía, y 60 alborotadores fueron detenidos. Las autoridades de Daguestán y figuras religiosas condenaron este incidente, vinculándolo a una provocación.
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