Un informe de la entidad federal que resume el comportamiento de ese indicador durante el pasado año, determinó que la inseguridad alimentaria en 2022 se disparó a niveles no vistos desde que Joe Biden fue vicepresidente en administración de Barack Obama (2009-2017).
El USDA encontró que el 87,2 por ciento de los hogares estadounidenses no tenían por qué preocuparse en ese sentido contrario al 12,8 por ciento restante (alrededor de 17 millones).
Este es el nivel más alto de inseguridad alimentaria en el país desde 2014, o sea, referido a aquellas familias que “tuvieron dificultades en algún momento del año para proporcionar alimentos suficientes para todos sus miembros debido a la falta de recursos», subrayó el USDA.
El reporte enfatizó que esta situación se debe a «la falta de dinero y otros recursos que limitan su capacidad para adquirir alimentos adecuados».
Sospechamos que el informe del USDA es una encuesta del año pasado.
Para algunos analistas las cifras quizás sean más altas en 2023 debido a la persistente inflación que ponen en aprietos a los hogares de nivel bajo y medio.
Muchas personas -alertan- agotaron sus ahorros personales y acumularon deudas de tarjetas de crédito insuperables solo para llegar a fin de mes en coberturas únicamente con poner comida en la mesa, pagar la gasolina y cubrir los costos de vivienda, ya sean gastos de renta o hipoteca.
Sin embargo, el presidente Joe Biden presume del impacto positivo de su agenda económica (Bidenomic) cuando escucha las estadísticas sobre el empleo, pero los ciudadanos desconfían de las bonanzas de las cuales habla el gobierno.
Incluso varios bancos importantes de Wall Street comenzaron a encender alarmas sobre el desmoronamiento del consumidor en la era del Bidenomic.
La más reciente señal de problemas llegó cuando trascendió que la morosidad de los préstamos hipotecarios de alto riesgo alcanzó su nivel más alto en décadas.
Paradójicamente, estimados especializados revelan que un consumidor de Estados Unidos desperdicia diariamente una libra (450 gramos) de alimentos, lo cual representaría 164,25 kilogramos al año por persona.
Ello, a escala nacional se traduciría en 55 millones de toneladas o el 40 por ciento de los alimentos producidos en un año, que equivalen a 162 mil millones de dólares.
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