De acuerdo con el sondeo de la firma Plaza Pública Cadem, 51 por ciento de los entrevistados rechazaría el proyecto, 34 de cada 100 lo aprobaría y 15 por ciento no sabe o no responde.
El texto fue elaborado por el consejo de 50 miembros donde el extremista Partido Republicano y la coalición de derecha Chile Vamos hicieron valer su mayoría para acordar polémicas enmiendas.
Entre estas figuran las que atentan contra la paridad de género en el Congreso Nacional y se opone a la interrupción voluntaria del embarazo en caso de violación, inviabilidad fetal y peligro para la vida de la madre.
La propuesta de ley fundamental también va en contra de la negociación colectiva de trabajo, el derecho a huelga y la libertad sindical e intenta beneficiar a las instituciones de salud privadas, que han convertido este servicio en un negocio.
Para la consejera constitucional Karen Araya, del Partido Comunista, es lamentable que no se haya podido lograr un texto destinado a mejorar la calidad de vida de los chilenos, así como la atención médica, la educación y la vivienda.
“Este texto es tan nefasto, tan regresivo, que la ciudadanía de manera inteligente se va a dar cuenta de que no es bueno para Chile”, dijo Araya.
Varias personalidades consideraron la propuesta como peor que la Constitución vigente, que fue impuesta durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
El proyecto será sometido a referendo, con voto obligatorio, el 17 de diciembre.
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