Las familias pueden enfrentarse a la muerte por deshidratación mientras el mundo observa, advirtió en una declaración la jefa de Comunicación de ActionAid-Palestina, Riham Jafari.
Nuestro personal allí afirma que “la situación es catastrófica, que la escasez de agua se está convirtiendo en una amenaza para la vida y que la gente está deshidratada y enferma”, subrayó.
Jafari destacó que muchas personas en el enclave no pueden acceder a fuentes potables por lo cual recurren a beber agua salada o sucia.
El acceso al líquido y al saneamiento básico es un derecho legal, recordó la activista.
Ante la actual crisis, llamó a permitir la entrada urgente al territorio de productos de primera necesidad, incluida agua, alimentos, combustible y medicinas, “en cantidad suficiente antes de que la gente empiece a morir de deshidratación o enfermedad”.
La privación de bienes y servicios esenciales para la vida podría constituir un castigo colectivo para el pueblo de Gaza, lo cual sería una grave violación del derecho internacional humanitario, afirmó.
ActionAid destacó que como mínimo, una persona necesita beber tres litros de agua al día para no deshidratarse, pero, explicó, esa pequeña cantidad no está al alcance de los habitantes del enclave.
Las familias no pueden asearse, ni lavar su ropa, ni vaciar los inodoros, todo lo cual aumenta el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas mortales transmitidas, recalcó.
“El agua que bebemos no es apta para el consumo humano. Quiero decir, ni siquiera los animales pueden beberlo. Pero no tenemos otra opción, esta es la única agua disponible. Necesitamos beber. Moriremos de todos modos, pero nuestros hijos lloran y gritan por el hambre y la sed”, narró una madre refugiada a ActionAid.
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