Como en periodos anteriores la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) fue la más perjudicada, al registrar una cifra de 40 millones 901 mil 400 dólares en pérdidas, lo que representa aproximadamente el 99,1 por ciento del monto total de los daños reportados en el ramo, según citó hoy el portal web del Ministerio de Comunicaciones.
Constata que se mantiene el asedio y presiones a las entidades que tienen relaciones comerciales y otras con interés de negociar con las empresas de comunicaciones, lo que incide negativamente en la posibilidad de los cubanos de disponer de una infraestructura adecuada, mayor acceso a Internet y a la informatización.
Varios proveedores internacionales que prestaban servicios de reparación a la tecnología instalada han decidido no continuar haciéndolo, incluso aquellos de los que depende más del 50 por ciento del equipamiento actual.
El bloqueo ha impedido también a las entidades cubanas y estadounidenses avanzar en la concreción de acuerdos mutuamente beneficiosos en el sector de las telecomunicaciones.
Ejemplo es que la firma del contrato entre Etecsa y Colombus Network Limited, subsidiaria de Liberty Latin America, para la conexión al primer cable submarino ARCOS-1 que conectaría a Estados Unidos con Cuba, estuvo pendiente por más de cuatro años esperando la evaluación de la licencia solicitada por la compañía a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC).
Por su parte el 30 de noviembre de 2022, el Departamento de Justicia publicó una recomendación realizada por el Comité de Evaluación de la Participación Extranjera Informe contra el bloqueo 32 en los Servicios de Telecomunicaciones de los Estados Unidos a la FCC, para denegar la licencia.
Los argumentos del Comité incluyeron la supuesta amenaza de contrainteligencia que representa la isla para la nación norteña y la designación del país como Estado Patrocinador del Terrorismo.
El 13 de diciembre del propio año, el Senador de la Florida Marco Rubio envió una carta a la Presidenta de la FCC para exigir el rechazo inmediato de la licencia, estas acciones presionaron a la empresa estadounidense, la cual retiró la solicitud.
Además, sigue la limitación para acceder a los enlaces de banda ancha de Internet, lo que impacta en la velocidad de las descargas de software, música, programas de radio y televisión que se trasmiten en tiempo real y el acceso a determinados sitios donde están las actualizaciones, muchas veces gratuitas, de programas con millones de usuarios en el mundo.
Estas trabas coartan el flujo de información y la masificación del acceso a Internet en Cuba, dificultan y encarecen la conectividad, y condicionan la entrada de los usuarios cubanos a diversas plataformas virtuales.
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