En un encuentro con periodistas e invitados en esta capital, a propósito de una nueva votación en Naciones Unidas contra esa política hostil de Washington, el diplomático manifestó ante una pregunta de Prensa Latina que sin el apoyo recibido de países, personalidades, organizaciones e individuos, hubiese sido mucho más difícil resistir un cerco aplicado por más de 60 años.
Por ejemplo, cuando enfrentamos la pandemia de la Covid-19 teníamos nuestras vacunas, pero no jeringuillas, y fue gracias a la solidaridad que pudimos proteger a 11 millones de personas, señaló en el evento, en el que participaron miembros del Cuerpo Diplomático, representantes de asociaciones francesas y cubanos residentes.
Vaillant mostró aquí su confianza en que ese respaldo universal ante el bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense se hará sentir una vez más en el seno de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, donde mañana comenzarán dos días de debates sobre un nuevo proyecto de resolución que llama al fin del cerco.
Por trigésimo primera ocasión desde 1992, el principal órgano deliberativo de las Naciones Unidas, en el que se sientan en igualdad de condiciones sus 193 Estados miembros, analizará y votará un texto acerca de la necesidad de que se termine el bloqueo.
Estados Unidos miente cuando dice que su política es contra el gobierno cubano, porque en realidad es contra todo un pueblo, y ustedes en Francia y por el planeta han representado una barrera moral frente a tales mentiras, subrayó acompañado por la embajadora del país caribeño ante la Unesco, Yahima Esquivel.
El diplomático insistió en las palabras de agradecimiento para todos aquellos que en suelo galo y en el mundo han hecho de la solidaridad con Cuba un objetivo de su vida.
En su intervención, a la que siguieron varias preguntas, Vaillant denunció el carácter genocida y el alcance extraterritorial del bloqueo, y advirtió que ha sido una política aplicada y recrudecida por décadas tanto por gobiernos republicanos como demócratas.
El cerco estadounidense constituye el principal obstáculo para nuestro desarrollo, ataca a todos los sectores de la sociedad y representa una violación flagrante y sistemática de los derechos humanos, sentenció.
De acuerdo con el embajador, si devastador es el costo económico, comercial y financiero, el humano resulta incalculable, expresado en áreas tan sensibles como la salud y la infancia.
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