En su canal de Telegram, el movimiento anunció que tras un cuidadoso seguimiento el grupo del mártir Hussein Mansour atacó con misiles guiados a la agrupación perteneciente al Ejército de Tel Aviv.
También, los combatientes de la Resistencia lograron impactos directos contra un tanque Merkava, que se movía en las proximidades del cuartel de Branit Barrack.
En este contexto, Hizbulah notificó la ejecución de una operación en el sitio israelí de Al-Marj con armas apropiadas y afectando su equipo técnico.
Al mismo tiempo, la posición militar Al-Bayad fue blanco de fuego directo desde el sur del Líbano, precisó la red informativa panárabe Al Mayadeen.
Por su parte, el Canal 12 israelí informó haber escuchado sirenas en el asentamiento de Al Motila, el cual permanece vacío tras la evacuación de sus residentes desde el inicio de las hostilidades.
Las fuerzas de Tel Aviv bombardearon con proyectiles incendiarios las afueras de la localidad fronteriza de Ramieh, la localidad meridional de Blida y las cercanías de Marwahin, en el sur del país.
En su respuesta a los bombardeos israelíes, los combatientes de Hizbulah infligieron graves daños a sitios instalados a lo largo de la frontera como base para el espionaje, la piratería y la invasión.
A criterio de expertos, las operaciones de la Resistencia libanesa constituyeron una traducción práctica de la estrategia defensiva con su dimensión de contrainteligencia para disuadir a Israel y defender la soberanía de la nación.
Desde el primer momento de la operación Diluvio de Al-Aqsa el 7 de octubre, Hizbulah reafirmó su compromiso con la liberación de la tierra libanesa ocupada y la solidaridad con la resistencia y el pueblo palestino.
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