El Servicio Nacional de Atención a Privados de Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) confirmó a través de un comunicado que en «algunos centros se generaron incidentes, debido a amenazas de un grupo de delincuencia organizada contra autoridades y funcionarios».
El documento no menciona cuáles son los centros de reclusión inmersos en los disturbios, aunque los medios locales mencionan problemas en la cárcel de Turi, provincia de Latacunga, y la Penitenciaría del Litoral, la más grande del país, ubicada en la ciudad de Guayaquil.
El objetivo de la revuelta es presionar por el traslado a otras prisiones de reclusos ligados a un grupo criminal, indicó el SNAI, que calificó los hechos como de «intimidación y chantaje al Estado ecuatoriano».
Además, internos amenazaron con huelgas de hambre, por lo que el SNAI solicitó apoyo de la Policía Nacional y militares.
Desde 2020, las cárceles ecuatorianas son escenario de disturbios, en los cuales han muerto más de 450 privados de libertad.
La crisis de inseguridad en esta nación sudamericana se debe en gran medida a lo que ocurre en las cárceles, controladas internamente por bandas criminales.
En ocasiones anteriores los reos ya mantuvieron a funcionarios como rehenes, la última vez fue en agosto de 2023 en la cárcel de Turi.
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