Esos son apenas algunos de los enormes desafíos que sufren los habitantes del enclave en medio de la intensificación de los ataques israelíes, subrayó en un comunicado la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente.
El organismo denunció que 70 de sus trabajadores fueron asesinados por las bombas israelíes desde el 7 de octubre.
Al respecto, destacó que “la prestación de asistencia humanitaria es extremadamente difícil debido a la falta de combustible, los continuos bombardeos y la destrucción de la infraestructura”.
Resaltó que más de ocho mil 500 palestinos perdieron la vida y otros 21 mil 500 resultaron heridos en el enclave desde el inicio del nuevo ciclo de hostilidades, además de mil 400 israelíes o extranjeros.
Se estima que 1,4 millones de personas fueron desplazadas por las incursiones aéreas en la Franja, casi la mitad de ellas en albergues o escuelas nuestras, precisó la Unrwa.
La institución detalló que el sistema de salud colapsó en ese territorio, donde se reportan la muerte de al menos 130 trabajadores del sector y el cierre de numerosos hospitales y centros médicos.
La asistencia disponible es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de la población, recalcó.
En ese sentido, advirtió que en sus almacenes apenas quedan dos mil toneladas métricas de trigo, lo que equivale a cinco o seis días de consumo en la Franja.
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