En un comunicado, la directora de CARE en los territorios ocupados, Hiba Tibi, celebró la evacuación de heridos desde el enclave hacia Egipto a través del paso fronterizo de Rafah, aunque instó a acelerar el proceso.
Recordó que más de 22 mil palestinos que viven allí resultaron heridos desde el 7 de octubre, cuando el Gobierno de Benjamin Netanyahu inició su ataque a gran escala, en respuesta a una incursión de la milicia Hamas.
También es necesario aumentar sustancialmente el envío de medicinas, alimentos, agua y otros productos esenciales hacia Gaza, manifestó Tibi.
Tras las presiones internacionales, Israel permitió el ingreso de ayuda humanitaria desde Egipto, aunque hasta la fecha lejos de los 100 camiones diarios mínimos que necesita la población gazatí, según proyecciones de la ONU.
Las condiciones para los pacientes son inquietantes porque varios hospitales paralizaron sus operaciones por la falta de combustible y por los daños sufridos, resaltó Tibi.
Los médicos y las enfermeras se esfuerzan por hacer frente al volumen de pacientes heridos en condiciones deplorables, incluso las operaciones se realizan en la oscuridad, subrayó.
Mientras, alertó, “las enfermedades se propagan rápidamente en los refugios superpoblados”.
Las condiciones en las escuelas administradas por la ONU son catastróficas por la falta de agua potable, alimentos, baños y colchones para dormir, indicó.
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