La jefa de Estado se abstuvo de hacer declaraciones a la prensa a su arribo, mientras continuaron las críticas de parlamentarios, medios de prensa y comentaristas, según los cuales el Ejecutivo no dijo toda la verdad para obtener el permiso de viaje.
La solicitud consignaba una reunión bilateral con Biden entre las actividades de Boluarte, además de participar en la convocada por Washington con motivo del proyecto estadounidense de una “Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas”.
Los críticos señalan que nunca existió la cita con el gobernante norteamericano, este nunca la consignó en su agenda y el encuentro fue el argumento que convenció a buena parte de los congresistas, que no consideraban conveniente un cuarto viaje de la mandataria al exterior, por entender que los anteriores no fueron exitosos.
Las explicaciones de la Cancillería, en el sentido que la conversación estaba pactada, pero “no se llevó a cabo con el protocolo que caracteriza las reuniones bilaterales» debido a que “los tiempos quedaron cortos”, no detuvieron los señalamientos.
Tampoco fue convincente el video que acompañó al comunicado de la Cancillería, que mostraba a Boluarte caminando de la mano de Biden y charlando en un pasillo de la Casa Blanca, secundados por una aparente intérprete. El subsecretario de Estado norteamericano para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, exembajador en Perú, pareció ir en auxilio del Gobierno, al declarar desde su país a una radioemisora local que Boluarte y Biden tuvieron “conversaciones sustantivas en múltiples oportunidades a solas y en grupo».
Agregó sobre la omisión de la cita en la agenda de Biden, que a veces algunas actividades no figuran en su programa oficial, «sin embargo, platicaron varios minutos a solas, también cuando estuvieron caminando y luego de la reunión, así como en grupo”, sostuvo.
Pese a ello, la prensa local contrasta el trato dispensado por el anfitrión a la visitante, amable, pero menos formal y protocolar que las conversaciones que, con todos los rigores del protocolo, Biden sostuvo con otros presidentes latinoamericanos.
La canciller Ana Cecilia Gervasi, apenas aterrizada junto a la Presidenta, pidió presentarse ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso a informar sobre el viaje presidencial, en lo que parece una operación de control de daños.
Aparentemente, se adelantó a posibles pedidos de interpelación parlamentaria -la cual conlleva el peligro de censura o destitución- anunciados por opositores y planteó presentarse junto al ministro de Economía y Finanzas, Álex Contreras, quien también integró la comitiva de Boluarte en Estados Unidos.
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