Las palabras del titular de Patrimonio, Amichai Eliyahu, revelan el verdadero rostro del Ejecutivo israelí y de todos aquellos que lo defienden en Occidente, escribió el funcionario en su cuenta en X (antes Twitter).
En similares términos se pronunció el Parlamento Árabe al calificar de bárbaros esos comentarios.
“Esas declaraciones bárbaras confirman la naturaleza criminal y racista de la potencia ocupante (Israel), y su continuo y flagrante desafío a todas las leyes y normas internacionales”, subrayó en un comunicado.
El Organismo Internacional de Energía Atómica debe cumplir con sus responsabilidades, indicó.
También criticó “el vergonzoso silencio que aún domina la comunidad internacional a pesar de la guerra de genocidio y racismo librada” por Israel.
Durante una entrevista con Radio Kol Berama, un periodista le preguntó a Eliyahu si se debería lanzar una bomba nuclear sobre el enclave costero, a lo que el funcionario afirmó que “esta es una de las posibilidades”.
Poco después, la Cancillería palestina calificó de bárbaras y racistas esas declaraciones.
Esos comentarios son un claro reconocimiento de las sistemáticas masacres israelíes en los territorios ocupados y un reflejo de las campañas de incitación de funcionarios del gobierno de Netanyahu para destruir la Franja y desplazar a su población, denunció el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Durante la entrevista al recordarle a Eliyahu que unos 240 israelíes y extranjeros están prisioneros de las milicias palestinas, afirmó que reza y espera su regreso, pero que “la guerra también tiene costos”.
Eliyahu también rechazó el envío de ayuda humanitaria a la Franja y abogó por fundar colonias judías en ese enclave costero, que la comunidad internacional considera parte del futuro Estado palestino.
Cuando se le preguntó por el destino de la población civil palestina, respondió que “pueden ir a Irlanda o a los desiertos, los monstruos de Gaza deberían encontrar una solución por sí mismos”.
El jefe de la oposición israelí, Yair Lapid, condenó esas declaraciones al calificarlas de locas e impactantes al tiempo que llamó al primer ministro a despedirlo.
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