Durante una entrevista con Radio Kol Berama, un periodista le preguntó si se debería lanzar una bomba nuclear sobre el enclave costero, a lo que el funcionario afirmó que “esta es una de las posibilidades”.
Al recordarle que unos 240 israelíes y extranjeros están prisioneros de las milicias palestinas, afirmó que reza y espera su regreso, pero que “la guerra también tiene costos”.
Miembro del partido ultraderechista Poder Judío, Eliyahu es conocido por sus posturas antiárabes y racistas, similares a las del jefe de esa formación, el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir.
Precisamente, Ben-Gvir, quien en varias ocasiones llamó a expulsar a todos los árabes de Israel, respaldó a su colega al señalar que sus palabras fueron solo una metáfora.
Eliyahu también rechazó el envío de ayuda humanitaria a la Franja, donde viven más de 2,3 millones de palestinos.
También abogó por fundar colonias judías en ese enclave costero, que la comunidad internacional considera parte del futuro Estado palestino.
Cuando se le preguntó por el destino de la población civil palestina, respondió que “pueden ir a Irlanda o a los desiertos, los monstruos de Gaza deberían encontrar una solución por sí mismos”.
El jefe de la oposición israelí, Yair Lapid, condenó esas declaraciones al calificarlas de locas e impactantes al tiempo que llamó al primer ministro Benjamín Netanyahu a despedirlo.
Este último también se desmarcó de su socio en el Gobierno, aunque de forma más tímida.
“Las palabras del ministro Amichai Eliyahu están lejos de la realidad. Israel y el Ejército operan de acuerdo con los más altos estándares del derecho internacional para evitar daños a civiles no involucrados”, afirmó el funcionario, blanco de fuertes críticas internacionales por las masacres en Gaza.
Según fuentes oficiales palestinas, corroboradas por diversas agencias de la ONU, más de cinco mil mujeres y menores de edad murieron en ese territorio por las bombas israelíes desde el inicio del nuevo ciclo de violencia, el 7 de octubre.
mem/rob