Según un comunicado del Monitor Euromediterráneo de Derechos Humanos (Euro-Med), “la guerra de hambruna israelí tomó giros muy peligrosos” al cortar todos los suministros de alimentos a la mitad norte del territorio.
También criticó “el bombardeo y destrucción de fábricas, panaderías, tiendas de alimentos, estaciones de agua y tanques en todo el enclave”.
El Ejército centró deliberadamente sus ataques en las últimas horas en generadores eléctricos y unidades de energía solar, así como zonas agrícolas, subrayó.
Euro-Med advirtió de un inminente aumento de muertes infantiles en Gaza si el mundo no actúa rápidamente, ante el crecimiento dramático del número de niños que necesitan atención médica debido a la desnutrición aguda.
Recordó que antes del inicio del conflicto, el 70 por ciento de los niños de la Franja sufrían diversos problemas de salud, como desnutrición, anemia y debilitamiento de la inmunidad.
Sin embargo, agregó, la cifra creció a más del 90 por ciento como resultado de los ataques israelíes sin precedentes.
Unos 52 mil 500 bebés y 55 mil embarazadas en el enclave corren actualmente el riesgo de morir de hambre, deshidratación y otros peligros para la salud por el hacinamiento, advirtió.
Las madres y los recién nacidos están seriamente amenazados por los ataques, los daños a las instalaciones sanitarias, el desplazamiento a gran escala y el colapso de los suministros de alimentos, agua y electricidad, afirmó. Euro-Med criticó a Israel por permitir solo la entrada al territorio desde Egipto de dos por ciento de la ayuda humanitaria necesaria para enfrentar la crisis y por sus bombardeos deliberados contra pozos de agua y tanques.
El Programa Mundial de Alimentos estima que el suministro actual de comida durará apenas unos días más, indicó.
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