Las operaciones terrestres de las Fuerzas de Defensa de Israel y los continuos bombardeos están afectando a civiles, hospitales, campos de refugiados, mezquitas, iglesias e instalaciones de la ONU, incluidos refugios, alertó el titular de la ONU en una comparecencia ante la prensa.
Guterres consideró primordial la protección de los civiles a ambos lados del conflicto al tiempo que manifestó su preocupación por las «claras violaciones del derecho internacional humanitario».
En ese sentido lamentó el impacto de la guerra en los infantes dentro del enclave donde cada día mueren o resultan heridos cientos de niñas y niños.
En un período de cuatro semanas han muerto más periodistas que en cualquier conflicto en al menos tres décadas y han sido asesinados más trabajadores humanitarios de las Naciones Unidas que en cualquier período comparable en la historia de nuestra organización, aseguró.
El máximo responsable de la ONU saludó a quienes continúan su labor de salvar vidas a pesar de los abrumadores desafíos y riesgos.
«La catástrofe que se está desarrollando hace que la necesidad de un alto al fuego humanitario sea más urgente cada hora que pasa», enfatizó.
Para aumentar esa respuesta, la ONU lanzó este lunes un llamamiento humanitario por valor de mil 200 millones de dólares para ayudar a 2,7 millones de personas: toda la población de la Franja de Gaza y medio millón de palestinos en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental.
Parte de la ayuda vital está llegando a Gaza desde Egipto a través del cruce de Rafah pero el goteo de asistencia no cubre el océano de necesidades, agregó Guterres al respecto.
El secretario general reconoció que ese único punto de entrada de la ayuda al enclave no tiene capacidad para procesar camiones de insumos a la escala requerida.
Sin combustible, los recién nacidos en incubadoras y los pacientes con soporte vital morirán; el agua no se puede bombear ni purificar y los residuales sin tratar pronto podrían comenzar a fluir a las calles, propagando aún más las enfermedades, remarcó.
El camino a seguir es claro: un alto al fuego humanitario ahora, subrayó Guterres.
Esta ruta implica que las partes respeten todas sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario; la liberación incondicional de los rehenes en Gaza, la protección de civiles, hospitales, instalaciones de la ONU, refugios y escuelas, así como la entrada de más alimentos, más agua, más medicinas y combustible.
Debemos actuar ahora para encontrar una salida a este brutal, terrible y agonizante callejón sin salida de destrucción para ayudar a allanar el camino hacia la paz, hacia una solución de dos Estados en la que israelíes y palestinos vivan en paz y seguridad, concluyó.
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