El aumento de la carga de trabajo, que en muchas zonas rurales conlleva atención de emergencia de guardia el día entero, está provocando un estrés y un agotamiento severos, declaró a CTV News Neil Pothier, director de un hospital de animales en Digby.
«La gente está justo en un punto en el que no sabe qué hacer. Y ya hay una alta tasa de suicidio en el país en nuestra profesión, lo cual es aterrador», manifestó al medio.
Pothier, que perdió a varios colegas por suicidio, dijo que la salud mental de los trabajadores veterinarios se ha visto afectada por un auge pandémico en el número de mascotas y la escasez de tecnólogos, técnicos y veterinarios disponibles para trabajar.
Datos de una encuesta recopilada en 2020 sugieren que los veterinarios en Canadá tenían muchas más probabilidades de pensar en suicidarse en comparación con la persona promedio.
El estudio, publicado en el Journal of the American Veterinary Medical Association, encontró que el 26,2 por ciento de mil 403 veterinarios encuestados habían tenido pensamientos suicidas en los 12 meses anteriores.
Mientras, Trevor Lawson, presidente de la Asociación Médica Veterinaria, indicó que la eutanasia de animales tiene un gran impacto en la salud mental del personal, que a menudo construye vínculos a largo plazo con las mascotas que cuidan y con sus dueños.
Además, Jewett refirió que un factor estresante adicional es la «crisis moral» ligada a la realidad financiera de operar una clínica veterinaria y exigir que los clientes paguen.
«Si el cliente no tiene las finanzas para cubrir ese (tratamiento), entonces es un sentimiento muy terrible para los veterinarios y el personal», explicó.
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